Durante décadas, el sistema de “fiado” fue una práctica tan cotidiana como entrañable en los almacenes de barrio. Una pequeña libreta, de tapas negras o con publicidad de fideos, registraba de forma manuscrita las compras diarias de los vecinos. Hoy, esa confianza sigue viva, pero se reconfigura con herramientas digitales que mejoran el control, evitan errores y hacen crecer el negocio.
¿Qué era la libreta del almacén?
La libreta del fiado fue, durante muchos años, la “tarjeta de crédito” de los sectores populares. Tal como cuenta una publicación que rescatamos:
“Fue la ‘tarjeta de crédito’, manuscrita, basada solamente en la confianza entre el cliente y el proveedor. Se conoció como: libreta negra, libreta del almacenero o libreta del fiado. No tiene fecha cierta de aparición. La pequeña libreta en sus comienzos era de tapas enteladas en color negro liso. Luego algunos establecimientos imprimieron sus propias libretas para entregar a sus clientes y otras les eran entregadas por sus proveedores para repartir entre la clientela llevando la publicidad del producto.”
Estos cuadernos registraban en cada página las compras fiadas, con el detalle y el precio de cada producto. Mientras tanto, el comerciante llevaba un registro paralelo en su propio cuaderno. Al momento del pago, ambos conciliaban sus anotaciones, y la deuda quedaba cancelada con una firma o sello.
Con el tiempo, aparecieron frases pegadas en los mostradores que ya son parte del folclore: “Hoy no se fía, mañana sí”, “La señora que fía salió”, o “Mi marido fía, yo no”.
Ventajas de un sistema basado en la confianza
No todo era informalidad: este sistema promovía una relación muy cercana entre el comerciante y su comunidad. El fiado era una forma de ayudar, de sostener economías familiares que cobraban a fin de mes, y de fidelizar clientela.
Con el correr de los años, la libreta mostró sus límites. Se perdía fácilmente, se mojaba, se traspapelaba. Algunos clientes discutían los montos anotados. Y la conciliación entre cuadernos podía convertirse en un problema.
¿Cómo trabajar con el fiado y un sistema digital?
Hoy existen herramientas digitales que permiten mantener ese mismo espíritu de confianza, pero con mayor orden y profesionalismo. Hablamos de gestionar el “fiado” con una cuenta corriente informatizada, integrada dentro de un sistema de facturación y gestión.
Facturalo Simple, por ejemplo, ofrece un módulo específico de cuentas corrientes para pequeños comercios. Este permite:
- Registrar cada venta fiada con pocos clics.
- Asociar cada operación al cliente correspondiente.
- Emitir comprobantes de forma legal y automática.
- Ver el estado de cuenta actualizado: pagos pendientes, saldos, fechas.
- Enviar recordatorios de deuda por WhatsApp o mail.
- Generar reportes de antigüedad de saldos: 15, 30, 60 días.
Ventajas de informatizar el control de cuentas corrientes
Pasarse al sistema digital no implica perder cercanía, sino ganar en claridad. Algunas de las principales ventajas son:
- Evitá pérdidas de información.
- Reducí errores de anotación o confusiones.
- Controlá quién te debe y cuándo, con datos precisos.
- Identificá clientes morosos y negociá con más herramientas.
- Mejorá tu flujo de caja y tu planificación.
- Profesionalizá tu comercio.
La experiencia del cliente también mejora
Hoy los clientes también valoran recibir un comprobante, saber cuánto deben, poder ver su saldo y evitar malos entendidos. Si además le enviás por WhatsApp su detalle de cuenta, estarás dando un paso adelante frente a tu competencia.
La esencia del Almacén de barrio puede mantenerse.
Nadie quiere que desaparezca el alma del comercio de barrio. Pero si esa esencia puede mantenerse, con herramientas que mejoren tu rentabilidad y eviten conflictos, ¿por qué no?
Hoy todo eso puede seguir ocurriendo, pero con un sistema que:
- guarda todo en la nube,
- permite ver historiales con solo un clic,
- te genera informes automáticos,
- y hasta te avisa si un cliente está por pasarse del límite de crédito.
Conclusión: un sistema, con el mismo espíritu de confianza
La tecnología no tiene por qué romper los vínculos que caracterizan al almacén. Al contrario, puede fortalecerlos. Una cuenta corriente en un sistema de facturación y gestión en almacenes es la evolución natural : más orden, más seguridad, más posibilidades de crecer.
Y si querés dar el salto, en Facturalo Simple te acompañamos paso a paso. Conocé más sobre nuestro módulo de cuentas corrientes para almacenes en:
https://www.facturalosimple.com.ar/modulo-de-cuentas-corrientes/
